¦0¦En todo el país se realizaron marchas y actos en conmemoración de los 31 años del golpe militar que sacudió a la sociedad argentina de la época del 70. Los más significativos fueron los de Buenos Aires y Córdoba, donde el presidente dio un tajante discurso contra los militares de aquel período. Por televisión se veía que muchos de los militantes eran bastante jóvenes, quizás algunos ni sabían para qué estaban marchando y golpeando los bombos. También se notaban banderas de piqueteros y grupos políticos que se mezclaban con las organizaciones de Plaza de Mayo y de
Derechos Humanos.
Cuando hay movilizaciones de este tipo siempre se dice que todos ponen la cara porque vienen pagados de algún lado, y más cuando las elecciones están cerca. La mayoría lo dice por prejuicio y sin pruebas, tal vez ni las necesitan. Es imposible no creer que hay
clientelismo político en un país donde la sociedad está cada vez más hundida, sería una estupidez no hacerlo.
Pero esperen que todavía no llegó lo peor. Vivo en Santa Fe e inevitablemente tengo que decir lo que sucedió en la provincia. Digamos con precisión matemática que los bombos estallaron a eso de las 18 horas y cuando me asomé al balcón vi 5 colectivos vacíos (había muchos más). Mejor no hablo de la gente que se bajó, porque me van a tildar de racista. Además, se juntaron frente a mi vereda chicos que aventaban banderas con el lema "Peronismo de Base", y apuesto mi cabeza a que la mayoría no sabía lo que significaba eso.
Mas tarde mi mamá se puso a hablar con uno de los convocados y me enteré de algunos datos importantes: la gente que allí se encontraba no tenían ni luz ni agua en sus casas, por lo que la jugosa oferta de punteros políticos los alentó a subirse a los colectivos. Por otro lado, el hombre que contó todo esto dijo que era realmente radical y que no tenía nada que ver con el peronismo,
salvo el dinero que habían recibido. Acusó hasta al intendente de la ciudad de haber puesto a disposición su quinta para reunir a los sindicalistas y organizar la marcha. De más esta decir que esta persona no era del mismo barrio, sino que pertenecía al norte santafecino, donde las casas son de chapa y los caminos de tierra.
Así esta la sociedad del país que, dicen, va a ser la promesa. También dicen que estamos en medio de un cambio socio-político y que vamos a salir adelante. ¡¡Mentiras!! Delirios que vienen a acentuar la situación y a demostrar que nos hundimos y que no vamos a salir ni en otros 31 años.
Después de horas de bombos y banderas terminó la jornada en la ciudad, con una señora diciéndome que hasta el mismo Perón los había echado de la Plaza de Mayo, y con el humo de los escapes colándose en mis pulmones. Como si fuera una película al mejor estilo Hollywood, cuando los títeres de la
política se fueron en sus colectivos, empezó a llover. Las calles terminaron más sucias de lo que normalmente están, y cerca de la universidad aparecieron carteles de elección en apoyo a Rafael Bielsa que eran nuevos para mí.