
Hace unos días vengo leyendo que hay censura de parte de nuestro "querido" gobierno para con medios de comunicación independientes, tales como diarios y hasta programas televisivos de índole periodístico. No es de extrañar que los medios no apoyen a Kirchner y tampoco debería ser una sorpresa que se trate de tapar las críticas. Con las medidas controversiales, los discursos "pluralistas" y los números mentirosos que bajan del balcón presidencial basta para que las críticas lleguen a los oídos de la "nobleza" argentina. Toda esta situación hace pensar que la última dictadura, donde la palabra
CENSURA alcanzó su auge, no está tan lejos de la realidad. Carlos Lauría, Director para el continente americano del Comitee to Project Journalists (CPJ), expresó que:
"La falta de reglas objetivas para la distribución de la publicidad oficial en la
Argentina le viene permitiendo a su gobierno maipular los fondos públicos,
imponiendo un sistema de premios y castigos que termina sancionando a la prensa independiente y favoreciendo a quienes apoyan políticas del presidente Kirchner".
Cito, también, a un periodista del diario PERFIL, refiriéndose al tema:
"es importante que todos comprendamos que la libertad de prensa no es un
patrimonio de los periodistas sino de toda la sociedad, porque ella garantiza
muchas de las otras libertades".
Para terminar, creo que los periodistas deberían ser los voceros del pueblo y el gobierno debe tratar de asimilar los cuestionamientos por parte de la prensa, para aprender de sus propios errores.