¦0¦Hace ya más de un mes que la provincia de Santa Fe se inundó y todavía seguimos buscando a quién echarle la culpa. Desde el gobierno provincial, primero apuntaron contra la Madre Naturaleza, debido a que llovió en 5 días lo que normalmente lo hace en un mes y después trataron de autojustificarse hablando de que el plan de contingencia funcionó al cien por ciento. No sé que opinará el intendente, pero según el diccionario, contingencia significa capacidad para prevenir algo que es muy posible que suceda. Balbarrey dijo que su ?plan? era solamente para evitar víctimas fatales? ¿a quién le creo?
La sociedad también trató de buscar culpables. Es más, creo que encontró con quién saciar su bronca en la figura del intendente, porque nadie podía creer que las bombas fueran tan pocas y tan ineficientes. Hacía enojar la incompetencia de los dirigentes que tenían que haber previsto esto, sobre todo porque Santa Fe es una palangana rodeada por dos ríos que en ese momento estaban muy altos. Tienen toda la razón del mundo en atacar sobre este punto, pero también deberían mirarse al espejo y darse cuenta de que la sociedad santafesina no sirve para nada. Primero, porque cuando más se necesitaba de la colaboración, aparecían los ?desubicados? que cortaban los accesos a la capital y no dejaban pasar ni los camiones con colchones que tanto pedían. Segundo, los ladrones que fabricaban peajes, los que arruinaron las escuelas que muy gentilmente les abrieron las puertas y algunos ?autoevacuados? que ocupaban casas sin tener permiso de nadie.

No se enojen por esto, porque es verdad. Desde que el sector norte y oeste de la ciudad se inundó, los que vivían en la zona centro tuvieron que vivir entre la oscuridad y el miedo al robo. Como algunos barrios estaban con casi medio metro de agua, la EPE tuvo que cortar la energía y quedamos todos a oscuras. Para el que no conoce mucho de esto, quedar a oscuras significa que los inundados del norte y oeste podían venir a robar al centro, aprovechando que no había luz y que la gente corría para comprar cualquier cosa. Pero también había otro tipo de ladrones: el pan y los lácteos subieron casi mágicamente en esos días? y las velas mejor ni hablar. Ven muchachos, por eso a Santa Fe le dicen la ?ciudad cordial?. Esto no es todo, también quiero referirme a la salud provincial. Sinceramente, según lo que me dijeron (de buena fuente), la situación esta fuera de las manos de cualquiera. ¿Qué quiero decir con esto? Durante la ?emergencia natural? que azotó a la ciudad, cientos de enfermeros y médicos CONTRATADOS fueron obligados a prestar servicio a la comunidad, ya sea en hospitales públicos o en dispensarios varios. Y esto no termina acá, la mayoría de los trabajadores de la salud están meses y hasta años esperando el ingreso a planta permanente, y muchos de ellos pasan tres o más meses sin ver ni un solo peso. ¿Entienden cuál es la situación? Nadie puede negarse porque está en juego su propio trabajo y la manipulación que existe debido a esto es increíble. Ni hablar del problema que tenían algunos barrios, con respecto a la no entrega de kits de limpieza para desinfectar las viviendas y comenzar campañas como la que tardíamente se implementó contra la Leptospirosis.
La impunidad y la mala administración en Santa Fe tiene raíces que parten de la misma sociedad, enferma y analfabeta, que termina haciendo malas elecciones y perjudicando el presente y el futuro de todos. En la ciudad, la mayoría de los votantes pertenecen a los barrios inundados, gente pobre y sin educación que, en muchos casos, salen a robar para comer y hasta lo hacen por deporte. Además, es la gente que se vende por $40 pesos con tal de comer algo, cosa que nadie puso empeño en modificar. Esta es la maldita raíz de todos nuestros pesares y hasta que no aparezca gente honesta y preocupada socialmente, cada pobre seguirá siendo pobre y la impunidad aparecerá en todos los diarios provinciales, como hasta ahora?