
Sólo se trata de un ejercicio especulativo: si se aplicase a la Argentina el porcentaje mundial de personas que se estima sufren algún tipo de
trastorno de ansiedad, que es de entre un 20 y un 30 por ciento de la población, en el país podría haber varios millones de enfermos con diferentes tipos de
fobias, las llamadas ansiedades patológicas.
En la Argentina, al igual que en el resto del mundo, los panicosos con agorafobia lideran las consultas en los centros de atención especializados. A pesar de que se estima que por cada sujeto con pánico hay tres con fobia social, este último trastorno ocupa el segundo lugar en el ranking: el 26 % de los casos. En líneas generales, los especialistas consideran que en el total de pacientes recibidos entre estas dos patologías, la prevalencia es de siete a uno a favor del pánico. Siguiendo con las estadísticas, más atrás aparecen la ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo- compulsivo y las diferentes
fobias específicas.
La fobia social (también llamada
trastorno de ansiedad social) es uno de los más difundidos y, al mismo tiempo, de los menos detectados, ya que para muchos pasa por un rasgo de la personalidad. Como si se tratase simplemente de una timidez exagerada.?Es uno de los casos que más atendemos?, afirma Daniel Bogiaizian, director de la Asociación Ayuda. Empieza siendo una preocupación sobre cómo manejarse en eventos
sociales y termina por conducir al aislamiento.
Según un estudio del Centro IMA, de 128 pacientes con este mal, el 73 por ciento tuvo fracasos académicos y laborales graves o severos. Iniciada por lo general en la adolescencia y más común en las mujeres (71 por ciento de los casos), es una de las patologías ansiosas más inhabilitantes y difíciles de tratar.
Como sea, especialistas y ex enfermos tienen un mismo mensaje para los miles que sufren estos males y que cuando se acerca esta época del año sienten que todo se les hace aún más difícil: eso que les pasa tiene un nombre, muchos otros lo padecen y, lo más importante, puede curarse.
Los médicos que se especializan en deportología y en cardiología buscan que en cada edad exista,

al menos y dentro de lo posible, un mínimo de movimiento para el organismo que ayude a bajar la tasa total de enfermedades. En particular, una que ya es considerada como epidemia: la obesidad. Pero también, la posibilidad de diabetes, cáncer de colon, artritis, problemas respiratorios y cardíacos. ?Todo empeora cuando alguien es sedentario."
Beneficios. ?Antes, los médicos recomendaban hacer deporte, pero eso restringe mucho porque hace falta tener destreza, ganas y tiempo, y la gente terminaba no siguiendo los consejos. Por eso hay que recalcar que todo el mundo tiene que hacer alguna actividad física para salir del
sedentarismo, que lleva, tarde o temprano, a la enfermedad. Alcanza con caminar, pasear al perro, bailar solos en casa e incluso bajar las escaleras?.
Fragmentos extraídos del Diario PERFIL.
Particularmente, creo que son dos fenómenos muy importantes en esta época. Hay una relación de causa-consecuencia, ya que pienso en el sedentarismo como una resultante (en muchos casos) del temor a salir a la calle, interactuar con personas, etc.
Me toca de cerca este tema, porque de un modo u otro yo también soy una persona sedentaria y a veces cuesta identificar nuestro propio problema. Y para mí, que tengo pensado ser periodista, tener este tipo de "causa-consecuencia" es todo una maldición.